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Pacientes en Bogotá se despiden de sus mascotas en hospitales

Grupo Editorial RedZoocial

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En un movimiento profundamente humano y conmovedor, los hospitales públicos de Bogotá han comenzado a implementar un programa que permite a los pacientes en fase terminal despedirse de sus mascotas. Esta iniciativa, bautizada como ‘Huellitas al final de la vida’, se está convirtiendo en un pilar esencial para el bienestar emocional de los pacientes y sus familias.

Un último adiós con sus compañeros fieles

En muchos hogares, las mascotas son mucho más que simples compañeros; son parte integral de la familia. Conscientes de este vínculo, hospitales en Suba, Chapinero, Usaquén y Engativá, entre otros, han adoptado una política que permite a aquellos pacientes en situaciones críticas recibir la visita de sus mascotas. Este programa forma parte del Modelo MAS Bienestar, promovido por la Secretaría Distrital de Salud.

Reconociendo la importancia de los vínculos afectivos

Esta propuesta, dirigida por la Subred Integrada de Servicios de Salud Norte E.S.E., busca reconocer los efectos positivos y la importancia de mantener los vínculos afectivos hasta el último momento de vida de los pacientes. “Queremos que los últimos momentos de vida de nuestros pacientes estén llenos de amor y paz, y que puedan despedirse de todos sus seres queridos, incluidas sus mascotas”, explica Jenny Bello, referente del programa de humanización.

Beneficios emocionales y terapéuticos

Las visitas de las mascotas no solo ofrecen un confort emocional invaluable, sino que también aportan beneficios terapéuticos comprobados. Según estudios, la presencia de un animal amado puede reducir la ansiedad y el estrés, proporcionando tanto al paciente como a sus familiares un espacio de calma y tranquilidad.

Incluso en situaciones complejas, las familiares han expresado gratitud por poder compartir estos momentos finales con todas las figuras importantes en la vida de sus seres queridos. Como el caso de Michael, en el Hospital de Engativá, quien pudo despedirse de su perro pitbull, Smith, en un encuentro que conmovió profundamente a los presentes.

Protocolo y seguridad en el proceso

El programa, aunque emocionante, requiere un manejo cuidadoso. Se ha establecido un protocolo estricto que garantiza la seguridad de todos los involucrados. Las visitas deben ser aprobadas por el médico tratante, y las mascotas deben tener su esquema de vacunación completo, además de haber sido bañadas recientemente y demostrar un comportamiento tranquilo.

El acceso a las instalaciones hospitalarias está controlado y organizado a través de un sistema conocido como “código lila”, que facilita la organización de estas visitas entrañables. Además, se habilitan centros de acompañamiento en el final de la vida en hospitales como Simón Bolívar y Suba, para estos recuerdos imperecederos.

La extensión de un modelo humanizante

La iniciativa no busca limitarse a los pacientes terminales; existe un fuerte interés en expandir este programa a más situaciones hospitalarias, ofreciendo beneficios tanto en la hospitalización ordinaria como en la paliativa.

Según afirma Bello, “Estamos explorando la posibilidad de que esta experiencia no se limite solo al fin de la vida, sino que pueda extenderse a aquellos que están en otros tipos de tratamientos prolongados, siempre cuidando el bienestar emocional y físico de nuestros pacientes”.

Impacto y futuro del programa

Hasta la fecha, ya se han beneficiado cinco familias, cuatro con perros y una con un gato, desde la implementación de este programa. La expectativa es aumentar este número, promoviendo un enfoque que valorice la relación humano-animal como parte crucial del proceso médico integral.

Este tipo de iniciativas son el reflejo de una atención médica más compasiva, una que entiende que la salud no solo se trata del cuerpo, sino también del alma y el corazón.

En conclusión, ‘Huellitas al final de la vida’ ha llegado para marcar la diferencia en la atención hospitalaria en Bogotá, reconociendo que nuestras mascotas son parte esencial de lo que somos y del amor que compartimos con los demás.