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La tingua, futuro símbolo alado de Bogotá

Grupo Editorial RedZoocial

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La tingua, futuro símbolo alado de Bogotá
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Bogotá, conocida como una de las ciudades capitales con mayor diversidad de aves en el mundo, avanza hacia la elección de un símbolo alado que represente esta biodiversidad. La tingua bogotana (Rallus semiplumbeus) se postula como el ave emblemática de la ciudad. Este fascinante pájaro es considerado uno de los más representativos del altiplano cundiboyacense, un ecosistema único que lo acoge con su riqueza natural.

Un paso hacia el reconocimiento

El 25 de febrero, el Concejo de Bogotá aprobó en primer debate un proyecto de acuerdo que busca declarar a la tingua bogotana como el principal emblema aviar de la capital. Esta iniciativa es liderada por el concejal Julián Sastoque y es respaldada por numerosos grupos ambientalistas, orniturólogos y ciudadanos comprometidos con la protección de la biodiversidad local.

El proyecto no solo intenta posicionar a la tingua como símbolo de la ciudad, sino que también tiene como objetivo implementar campañas para la preservación de su hábitat, la promoción cultural y la creación de un plan de protección integral para la especie.

La fragilidad del hábitat

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través de la Resolución 1912 de 2017, han clasificado a la tingua bogotana como una especie en riesgo. Su población ha disminuido considerablemente debido a las transformaciones del territorio por actividades humanas, principalmente la destrucción y degradación de los humedales donde solían encontrar refugio.

Históricamente, estos humedales se extendían por municipios como Subachoque, Cota, Tabio, Chía y Mesitas del Colegio; sin embargo, la expansión urbana ha afectado gravemente estos ecosistemas, poniendo en peligro la subsistencia de la tingua y muchas otras especies.

Estrategias para su protección

El proyecto del concejal Sastoque reconoce, además, el riesgo que enfrentan otras aves en Bogotá, tales como la alondra cornuda y la tingua moteada. En respuesta, propone la creación de estrategias de conservación que incluyen desde la educación y concienciación ciudadana hasta el fortalecimiento de las luchas contra el tráfico y comercialización ilegal de especies.

Una de las claves para el éxito de estas estrategias radica en la conservación de los ecosistemas urbanos que sirven como santuarios naturales para las aves. La protección de humedales se convierte en una prioridad, entendiéndolos como sistemas de gran importancia ecológica, cultural y social.

Educación y cultura aviar

Dentro de las medidas propuestas, la educación juega un papel fundamental. La iniciativa busca generar una apropiación cultural positiva hacia la biodiversidad mediante programas educativos en colegios y universidades, así como la creación de eventos y ferias que promuevan el conocimiento sobre las aves de la región.

El apoyo a la investigación científica es otra de las metas del proyecto, permitiendo la colaboración con universidades y centros especializados para desarrollar estudios que ayuden al entendimiento y la preservación de la avifauna local.

Observación y comunidad

Complementando estas medidas, se propone la creación de la Red Distrital de Observadores de Aves. Este colectivo se convertirá en un espacio de integración para los apasionados de la ornitología, fomentando la observación ciudadana y la recopilación de datos sobre las diferentes especies que habitan en la ciudad.

Este enfoque ciudadano no solo proporciona información valiosa para investigadores y autoridades, sino que también fortalece el sentido de comunidad y pertenencia entre los bogotanos hacia su entorno natural.

Importancia de un símbolo urbano

Adoptar a la tingua bogotana como ave emblemática es más que una cuestión de identidad: es un recordatorio constante de la riqueza natural que aún resiste en las urbes. Simboliza una lucha no solo por su preservación, sino también por la protección de los espacios compartidos por humanos y fauna.

En un mundo donde la urbanización avanza implacable, la designación de emblemas naturales sirve como una herramienta poderosa para concienciar sobre la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. La tingua bogotana podría convertirse en un símbolo de resiliencia y coexistencia para la capital colombiana, un emblema vivo de la ciudad que merecen tanto locales como visitantes conocer y proteger.

Esperamos que las acciones emprendidas hoy puedan asegurar un futuro seguro y próspero para la tingua y todas las aves que enriquecen la biodiversidad bogotana. La elección de un símbolo natural es un pequeño paso, pero lleno de significado en el rompecabezas de la conservación ecológica.