Nuevas leyes en Colombia fortalecen la protección animal
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Un paso histórico para la protección animal en Colombia
El reciente 23 de abril marca una fecha clave en el calendario de derechos animales en Colombia. Con la sanción de varias leyes revolucionarias, el país sudamericano ha demostrado un fuerte compromiso en la defensa y protección de sus compañeros animales. Las leyes conocidas como 'Ángel' y 'Lorenzo' no solo endurecen las penas por maltrato animal, sino que también regulan la actividad de los perros de vigilancia, proporcionando un marco legal más robusto para el bienestar animal.
En un esfuerzo adicional, se han aprobado dos normativas que representan un avance significativo para los animales domésticos. Con la Ley Kiara, las instituciones que ofrecen servicios de cuidado animal como guarderías y centros de adiestramiento serán sometidas a una regulación estricta para garantizar la seguridad de las mascotas del país. Además, la ley que prohíbe el embargo de animales domésticos reconoce legalmente la importancia emocional y el rol imprescindible de estos compañeros en los hogares colombianos.
Ley Kiara: Un homenaje a una compañera perdida
Inspirada en un caso conmovedor, la Ley Kiara lleva el nombre de una perrita bernés de la montaña que desapareció mientras estaba bajo el cuidado de una guardería. Este trágico evento evidenció la falta de regulación en los servicios de cuidado animal, lo que resultó en una legislación específica para salvaguardar la integridad de los animales cuando son dejados al cuidado de terceros. Con esta nueva ley, se aspira a un entorno más seguro y controlado para las mascotas del país.
Según la senadora Andrea Padilla, autora de la ley, "La historia de Kiara nos obligó a mirar de cerca las condiciones en las que muchos animales son cuidados a diario, proporcionando así la motivación necesaria para establecer un marco regulatorio sólido".
Protección jurídica: animales como parte fundamental de la familia
Una de las nuevas leyes más significativas es la que prohíbe el embargo de animales domésticos de compañía, resaltando su estatus como parte esencial del núcleo familiar más allá de simples bienes materiales. Esta normativa introduce la categoría de “animales domésticos de compañía y de soporte emocional”, y pone un especial énfasis en la importancia de reconocer estos seres como fundamentales para el bienestar emocional de muchas personas.
El representante Juan Carlos Losada, junto con el senador Alejandro Carlos Chacón, quienes impulsaron la iniciativa, consideran que esta medida es un avance en el reconocimiento de los animales como seres sintientes: "Estamos estableciendo un precedente legal y cultural al reconocer no solo el valor emocional sino la dignidad inherente a cada uno de estos seres".
La Ley Ángel y la regulación de la vigilancia canina
Entre las medidas aprobadas, la Ley Ángel mejora las sanciones contra el maltrato animal, asegurando que los infractores enfrenten consecuencias más severas por sus acciones. Asimismo, bajo la Ley Lorenzo, la regulación de los perros de vigilancia supone un cambio significativo al establecer estándares claros sobre las condiciones en las que estos animales deben ser mantenidos y entrenados.
Este conjunto de leyes refleja un compromiso integral no solo con la protección de los animales domésticos, sino también con aquellos que cumplen funciones específicas dentro de la sociedad. "Con estas leyes, Colombia se posiciona como uno de los países líderes en legislación de derechos animales en América Latina", concluyó un activista local.
Con el paso de estas leyes, se espera inspirar a otros países de la región a seguir el ejemplo de Colombia, promoviendo una transformación en la manera en que se percibe y trata a los animales. La sociedad colombiana, desde activistas hasta ciudadanos comprometidos, ha demostrado un fuerte deseo de cambio, buscando un futuro más justo y compasivo para todas las criaturas vivientes.
En última instancia, la aprobación de estas leyes no solo se centra en el establecimiento de normas reglamentarias, sino también en fomentar un cambio cultural que reconozca y valore el vínculo profundo entre humanos y animales. Con estas reformas legislativas, Colombia avanza hacia un mañana donde tanto las leyes como la empatía guían el trato hacia nuestros compañeros de cuatro patas.