Impactantes multas por no usar bozal a perros en Colombia
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En Colombia, el manejo responsable de ciertas razas de perros incluye estrictas normativas de seguridad. Una de las más notables es el uso obligatorio del bozal en espacios públicos para perros clasificados como de manejo especial. Esta medida tiene como objetivo primordial resguardar la seguridad de la comunidad y la de otros animales, garantizando convivencia armónica y segura. Sin embargo, hay quienes desconocen o ignoran estas regulaciones y enfrentan severas sanciones.
¿Cuánto es la multa?
Conforme al Código Nacional de Policía, específicamente en su artículo 126, sacar a la calle un perro de manejo especial sin el adecuado uso del bozal implica una sanción pecuniaria significativa. Actualmente, esta infracción puede acarrear una multa que supera los $366,000 pesos colombianos, lo cual es equivalente a diez salarios mínimos legales diarios. Esta cifra no solo representa un golpe al bolsillo, sino que también refleja la importancia que el estado le otorga al cumplimiento de estas normativas.
Razas de manejo especial
La Ley 746 del 2002 establece cuáles son las razas consideradas de manejo especial en Colombia. Entre estas razas se encuentran el American Staffordshire Terrier, Bullmastiff, Dóberman, Dogo Argentino, Dogo de Burdeos, Fila Brasileiro, Mastín Napolitano, Pitbull Terrier, American Pit Bull Terrier, Rottweiler, entre otros. Estos perros, debido a su fortaleza física y potencial, están sujetos a medidas adicionales de seguridad, y es fundamental que los dueños cumplan con estas disposiciones para evitar problemas legales y contribuir al bienestar social.
Consecuencias adicionales
Más allá de la multa, existen otras sanciones para los dueños que no cumplan con las regulaciones. En situaciones donde la Policía Nacional determine que un perro representa un peligro potencial para la seguridad pública, el animal puede ser decomisado. Este acto no solo tiene consecuencias emocionales para el dueño sino que también puede implicar trámites legales adicionales y gastos inesperados.
Educar a la comunidad
La importancia de educar a la comunidad respecto al manejo adecuado de estos animales no debe subestimarse. "Es necesario que los propietarios de perros comprendan que su responsabilidad va más allá de simplemente ofrecer comida y refugio a sus mascotas; implica también velar por la seguridad de la comunidad", afirma Juliana Díaz, educadora canina con más de diez años de experiencia. La educación y la comprensión de la legislación actual son piedras angulares para una tenencia responsable.
Responsabilidad del propietario
Los índices de accidentes y conflictos relacionados con animales pueden reducirse drásticamente si los propietarios toman acciones proactivas para socializar y entrenar a sus perros desde una edad temprana. El comportamiento agresivo no es inherente a las razas, sino que muchas veces es resultado de una falta de socialización y entrenamiento adecuados. "Un perro equilibrado es un compañero de vida invaluable", comenta Carlos Ramírez, especialista en comportamiento animal.
Seguridad para todos
Las normativas buscan, en última instancia, crear un entorno seguro para todos los actores de la comunidad. Un perro que cumple con las medidas de seguridad oportunas es un perro que no representa una amenaza para quienes lo rodean, ya sean otros animales o personas. "El bozal no es una herramienta de castigo, es una medida preventiva", explica Sandra López, veterinaria especializada en comportamiento animal.
Con un adecuado enfoque hacia la disciplina y el cumplimiento de las normas, los conflictos pueden ser evitados significativamente. Esta normativa no solo protege a la comunidad humana, sino también a los animales, asegurando su bienestar y reduciendo riesgos de accidentes desafortunados.
En conclusión, las multas y regulaciones existentes en Colombia respecto al uso del bozal en determinadas razas de perros reflejan un compromiso serio con la seguridad pública y el bienestar animal. Las consecuencias de no acatar estas normas son significativas, pero evitables con una tenencia responsable basada en la educación y el compromiso hacia nuestras mascotas y sociedad.